La reina y yo pide un pacto por favor, el iluminado de la Moncloa lo exige por cojones y el destinatario de la oferta, o exigencia, se fuma un puro y con la boca pequeñita dice no, que me quieren torear. Mientras, en esta España de locos y golfos, la reina y yo recibe pitos y abucheos allí donde antes y al son de la dulce flauta se repartían abrazos por las campas, allí donde de verdad y por cojones impera un pacto inamovible, el de los privilegios, el del cupo.
martes, 23 de febrero de 2010
Pitos y flautas
La reina y yo pide un pacto por favor, el iluminado de la Moncloa lo exige por cojones y el destinatario de la oferta, o exigencia, se fuma un puro y con la boca pequeñita dice no, que me quieren torear. Mientras, en esta España de locos y golfos, la reina y yo recibe pitos y abucheos allí donde antes y al son de la dulce flauta se repartían abrazos por las campas, allí donde de verdad y por cojones impera un pacto inamovible, el de los privilegios, el del cupo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me llena de orgullo y satisfacción estar de acuerdo con su comentario.
.
Para mí, esa coincidencia hace que el orgullo y la satisfacción sean hondos.
Publicar un comentario