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jueves, 25 de febrero de 2010

Oh, cielos


Lo que nos sucede posee tal ventaja sobre lo que pensamos,

sobre nuestras intenciones, que jamás podemos alcanzarlo


y jamás conocer su auténtico rostro.

Rilke

Hasta ahora pensaba, y así los había visto torear en plazas de diferente categoría, que los peritos, incluso aquellos que son de parte y cobran lo que en justicia corresponde o dicta el mercado, eran unos tipos flemáticos, impasibles, fríos y distantes, y sobradamente lo demostraban en sus habituales deposiciones ante la curia que los citaba y a la que brindaban sus más profundos conocimientos. Mas los peritos, y de cara a preparar esas brillantes actuaciones, también trabajan en la sombra, en el despacho, morgue o laboratorio, y no son de piedra, se atusan la cabellera si pintan bastos, tienen sentimientos, filias y fobias que más tarde o temprano aparecen y que reflejan estados de ánimo que van mucho más allá de la propia pericia sobre la que vuelcan sus artes, y terminan por cagarse, o deponer, en todo lo que se mueve, porque antes ya lo habían avisado, ya lo decían entre dientes, que se iba a cagar la perra...qué putada, hacerse famoso por cuatro duros cuando lo mío es pasar desapercibido, buff, oh, cielos.

2 comentarios:

Jabato dijo...

Tras visionar el vídeo y ver los gestos, muecas y aspavientos del perito de la Guardia Civil, entiendo la ocultación del vídeo hasta ahora.
Sí,qué putada,para algunos.

Reinhard dijo...

Es lo malo de no ser un perito independiente, sobre todo si hay superiores a los que rendir cuentas.