El Inmundo, aunque ya no esté bajo la batuta de Pedro Zola Ramírez, sigue fiel a sus principios progresistas y políticamente correctos, que para eso tiene un elenco de colaboradores que, como decía el coronel Trautman en Acorralado, hacen vomitar a una cabra. Esta portada recuerda mucho a aquella otra de Lo País tras la hecatombe del 11-S, el mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush. Autoritarismo global, manda narices, como si la porquería que viene de Bruselas fuese un prodigio de democracia liberal. Mal día y malos tiempos, en fin, para la peste woke que nos devora. A todos sus apósteles y epígonos, especialmente a los americanos, siempre les quedará el fentanilo.
3 comentarios:
los días previos nos decían que la victoria de la interfecta era más que probable, aunque las encuestas daban un empate... fue otro ejercicio más de confundir los deseos con la realidad... me imagino que Cucamala, ese portento del PP, debe de andar llorando desconsoladamente por los rincones... para ella Ke-mala era una mujer providencial y fuente de inspiración... los inmigrantes en USA lo celebrarán comiéndose mascotas en una gran barbacoa...
me olvidé de firmar el comentario anterior
El periodismo está liquidado. Game over.
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