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jueves, 10 de octubre de 2024

De qué se trata, que no me opongo

 


El Partido Popular ha votado a favor de que se tramite una reforma legal que permita ilegalizar cualquier asociación que enaltezca el franquismo. Parece que en eso los populares no se despistan, como les ocurrió con la reforma legal que de rondón les coló el camarada Sánchez para dar suelta a los etarras con más muertos a sus espaldas, y esa postura no deja de ser una continuación de aquel otro gesto de Aznar, muchos años atrás, que consistió en condenar el Alzamiento del 18 de julio.

Desde algunas posiciones que no son precisamente de izquierdas, si bien con poco ruido, se ha criticado al Partido Popular por este guiño a la izquierda y los separatistas con el argumento de que es un partido que viene de aquella Alianza Popular que creó Manuel Fraga, y todos sabemos de dónde venía el gallego. Hay en esta crítica una cierta melancolía por lo que quizá tiempo atrás era este partido, mas la realidad es tozuda y hoy día nadie duda de que el partido de Feijoy es un partido socialdemócrata como cualquier otro que campe por esta Europa tan decadente como woke, luego no se van a oponer a la ilegalización propuesta por otros con el argumento, por ejemplo, de los logros económicos y sociales del franquismo, que los conocen, pero que por razones obvias no osan divulgar.

En el fondo, como suele suceder, todo es más sencillo, más prosaico: el Partido Popular es un partido de centro centrado muy moderado, desprovisto de ideología y carente de principios, al que no le interesa la batalla política. Más o menos como ese Franco al que desprecia y al que pretende borrar de la Historia, ¿acaso no era el Generalísimo el que aconsejaba a un periodista que hiciese como él y no se metiese en política?


martes, 8 de octubre de 2024

Casualidades y torpezas

 


Hace unos días González Pons sorprendía al personal por mantener una amigable charla en el parlamento europeo con el proetarra Pernando Barrena. Pues bien, ayer se supo, será casualidad, que el pasado mes de septiembre tanto el PP como VOX votaron a favor de una reforma legal que puede dar suelta a un montón de terroristas, entre ellos (que te vote) Txapote. Todo fue un error, confiesa una oposición que parece que no se lee lo que vota, o que se fía del camarada Sánchez, al que ahora acusan-acabáramos-de haberlos engañado. Una vez más hay que recordar a Rogelio Alonso y su imprescindible obra, La derrota del vencedor, para saber de qué va esta historia.