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jueves, 25 de febrero de 2021

La neoinquisición

 


El amigo Fuga, siempre atento a las novedades literarias de contenido político y económico que aporten un poco de luz y, por qué no decirlo, alegría en este valle de lágrimas, me recomendó hace unos días La neoinquisición, del abogado chileno Axel Kaiser. Así que rápidamente lo compré y ya desde el primer momento comencé a degustarlo. La dedicatoria del libro es toda una declaración de principios: A esos herejes que jamás perdieron el coraje de servirse de su propia razón. Y de eso va la cosa, de la herejía que supone hoy día dudar de los dogmas establecidos por el puritanismo de la corrección política y rebelarse contra el nuevo orden establecido por la izquierda y sus satélites mediáticos, auténticos inquisidores del siglo XXI que llevan en su ADN la destrucción de Occidente. Para ello cuentan con el apoyo, expreso o tácito, de sociedades lanares que sólo esperan y desean que el Estado lo resuelva todo. Y ese Estado, en su vocación de hundir y no resolver, se sustenta sobre la emocracia, o gobierno de las emociones, todo un desastre patrocinado por oscuras élites socioeconómicas que no tienen otro objetivo que la cacería de toda clase de brujas que quemar en la hoguera de esa nueva religión de la corrección política y el estúpido igualitarismo.

Como muestra de ello, y mientras sigo leyendo un libro imprescindible para conocer y comprender el desastre que nos asola, dejó un extracto del primer capítulo, una carta de la Universidad de Yale dirigida a sus alumnos con unas cuantas recomendaciones, aunque mejor sería decir órdenes, para celebrar la fiesta de Halloween. Sin desperdicio.

                   Queridos estudiantes de Yale,

              El fin de octubre se acerca rápidamente y, junto con las hojas caídas y las noches más frescas, llegan las celebraciones de Halloween en nuestro campus y en nuestra comunidad (…) Sin embargo, Halloween también es, lamentablemente, un momento en el que a veces se puede olvidar la consideración y sensibilidad normales de la  mayoría de estudiantes de Yale y se pueden tomar algunas decisiones erróneas, como el uso de tocados de plumas, turbantes, usar “pintura de guerra” o modificar el tono del a piel o usar la cara negra o la cara roja (…) esperamos que las personas eviten activamente aquellas circunstancias que amenazan nuestro sentido de comunidad o que no respeten, alienen o ridiculicen a segmentos de nuestra población por motivos de raza, nacionalidad o creencia religiosa o expresión de género. Las elecciones culturalmente inconscientes o insensibles hechas por algunos miembros de nuestra comunidad  en el pasado no sólo se han dirigido a un grupo cultural,  sino que han impactado en las creencias religiosas, nativos americanos/indígenas, estratos socioeconómicos, asiáticos, hispanos/latinos, mujeres, musulmanes, etc. En muchos casos, el estudiante que usa el disfraz no tiene intención de ofender, pero sus acciones o faltas de previsión han enviado un mensaje mucho mayor que cualquier disculpas después del hecho…


4 comentarios:

Fuga dijo...

Celebro que lo estés disfrutando Reinhard. Es un buen ensayo para repasar la crónica de una degradación escalonada y el meticuloso trabajo de reducir a polvo los cimientos asentados en aquel ‘Milagro griego’ que puso las bases de una civilización que creía que el hombre podía llegar a encontrar verdades empíricas a través de la observación, el método y la lógica. Milagro, pues fue un caso excepcional sobre la faz de una tierra a rebosar de chamanes y superstición, facción que hoy parece resuelta a recuperar el terreno perdido y cobrarse la revancha.

El repaso transcurre por el singular destrozo en el corazón del ya tambaleante imperio de los EEUU, de sus universidades madrasas, medios de masas militando en el activismo enloquecido, elecciones bananeras, desafuero judicial y élites envilecidas, asunto ya descrito por muchos en las últimas décadas que anticipaban los síntomas de la enfermedad, desde Lasch y su magnifica ‘La rebelión de las élites y la traición a la democracia’ donde daba la vuelta a aquello de Ortega y su rebelión de las masas, o Thomas Sowell, o Christophe Guilluy (por citar uno de los últimos)

Esa democracia en la que Fukuyama describía una ‘repatrimonilización de las instituciones’ señal inequívoca de un proceso involutivo, que algunos denunciamos hace años, ante la miopía mayoritaria en España, sin duda uno de los países que ya se pueden declarar casi oficialmente desahuciados, camino de la eutanasia nacional.

Pero el reto nunca fue español, sino occidental. Y es todo occidente el que se la juega.

China, a la que tantos señalan como culpable, en realidad se limita, entre sorprendida e incrédula, a observar el suicidio colectivo, mientras hace sus planes de sustitución del liderazgo...todo un triunfo de un socialismo de Estado jaleado por las oligarquías del Gulag Digital norteamericano. Asombroso.

El libro, decía supra, podría ser excelente, de haber tenido el valor de exponer los primeros pasos de esta reconversión de la civilización occidental de los ciudadanos y las leyes que abanderaba los EEUU desde los 40, pero Axel Kaiser no se atreve, o no quiere, y le deja la labor a Finkelstein y su ‘La industria del Holocausto’, primer peldaño sobre el que se han establecido las pautas de las nuevas sociedades de la ‘cancelación’ y el ‘señalamiento’, que incluyen las propias circunstancias personales del académico, uno de los primeros casos de poda y tajo de la ‘libertad de cátedra’ de manos del muy liberal -sic- Dershowitz. Así están los campus. De aquel punto, feo, pero todavía con alguna traza de contención del precedente Finkelstein/Dershowitz al actual descrito por Douglas Murray en ‘La Masa enfurecida’ en la que los profesores ya son expulsados a hostias directamente.

Veremos cómo acaba este pifostio de fin de superciclo occidental. Sospecho que con el ya mencionado petardazo monetario. Otro asunto, ese de los dineros impresos, que merece otro análisis, pues ahí parece que queda alguna resistencia, entre los anarcodigitales de la moneda emancipada de la bastardización de los poderes públicos y las autoridades oficiales que nos arrastran al cataclismo presas del pánico de su propia estulticia e insensatez.

Reinhard dijo...

Sensacional, Fuga, esto, más que una reseña del libro, es casi un ensayo.

El panorama, como también señala Murray, en "La masa enfurecida", es desolador y devastador. Con ese escenario dantesco en USA se entiende perfectamente que a un tipo como Trump le hayan mangado las elecciones. En Europa estamos casi igual, de ahí que un estómago agradecido como Merkel sea vista como un estadista. Sigo leyendo el libro y cada episodio de censura y de aquelarre inquisitorial es superado por el siguiente. Por suerte, esta desgracia ya nos coge mayores.

tolerancio dijo...


¿para cuándo su ciclo de conferencias, don fuga?... avise con antelación para reservar plaza...

¿no era ésa una universidad de enorme prestigio?... la gilipollez es mundial... ya ni te puedes disfrazar de indio para hacer el tal... ya sólo te puedes disfrazar de obispo satánico para no ofender a nadie, pero lo malo es que éstos ya ejercen de ese modo, por lo tanto no hay efecto burlesco...

Fuga dijo...

Muy amables Reinhard y Tolerancio. Aunque más que conferencias estoy preparado para los euromillones y esconderme en alguna cordillera poco poblada...

;D

Ya solo me falta decidirme a jugar.