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martes, 1 de diciembre de 2020

Un cuarto de millón

 



Una exministra del gobierno socialista, y presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados, nos dice que se necesitan 250.000 inmigrantes al año para garantizar el Estado del Bienestar y las pensiones. La cifra por sí misma no debe asustar, pues al paso que van llegando inmigrantes a las islas afortunadas el objetivo se cumplirá con creces, un año tras otro. El problema viene para colocarlos a todos, suponiendo que ellos quieran, en alguna actividad productiva, ya que no hay pensiones sin cotizaciones de la población activa. Ahí viene el problema: 250.000 empleos al año para inmigrantes y otros miles más para los nacionales que se vayan incorporando al mercado de trabajo. Si miramos los datos de creación-mejor sería decir destrucción-de empleo, la cosa se antoja harto complicada. Y los bares a medio gas.

Una solución sería que el gobierno lanzase una gigantesca oferta de empleo público para esos cientos de miles, y años tras año, sin rubor. Pero para ser funcionario o asimilado se precisa, a día de hoy, la nacionalidad española. No sería problema para este gobierno: por la vía rápida se concede la nacionalidad española a esos inmigrantes a la vez que se otorga la independencia a vascos y catalanes. Una vez más, las gallinas que entran por las que salen. Pero la nómina de los servidores públicos se paga con los impuestos que se recaudan. Luego volvemos a la casilla de salida. Y los bares a medio gas.

Veremos, pero seguro que sus señorías de la citada comisión saben encontrar la tecla una vez los 250.000 hayan entrado y ya no se  les pueda echar. En cualquier caso, una cosa está clara: con esa cifra mágica el Estado del Bienestar está más que garantizado. Funcionará a toda máquina. No hay duda.


7 comentarios:

Fuga dijo...

Resulta fascinante que las mismas cabecitas prodigiosas que advierten que el pleno empleo es historia y vamos a cifras crónicas de desempleo, y que la digitalización y robotización todavía van a reducir más si cabe cualquier expectativa de trabajar sean los mismos que justifican una inmigración incontrolada de gentes sin oficio ni beneficio para cotizar y salvar así el sistema de pensiones.

Posiblemente una de las revoluciones mas innovadoras de estas fechas sea la absoluta estulticia y su obsceno recital sin mayor rubor de contarle al pueblo una cosa y la contraria en la misma soflama.

Resulta evidente que esto se hunde y que el plan es salvarse unos pocos precarizando a todo el país reconvertido en una cloaca.

Estamos en la cumbre de la neolengua orweliana y de la hipocresía y cinismo.

Muy inquietante todo.

Reinhard dijo...

¿Sería un despropósito que los robots cotizasen a la Seguridad Social y tributasen por el IRPF? Visto lo visto...

tolerancio dijo...


las prodigiosas cotizaciones de los "migras" ambulantes que venden latas de cerveza salvarán las pensiones... es la fórmula recomendada por el "comité de expertos" en la materia...

Fuga dijo...

Ya hay planes en ese sentido, Reinhard...

Traveller dijo...


Y a cambio de esas cotizaciones y tributaciones robóticas, ¿Qué derechos se les concederían?

¿Un mes de vacaciones? ¿Derecho a reparaciones gratuitas en talleres públicos creados al efecto? ¿Una pensión tras equis años de vida activa? ¿Derecho a la huelga?

En fin .....

Fuga dijo...



Los robots tendrán derecho a una pinta de cerveza, TRAV.

tolerancio dijo...


ojito... ¿y quién los programa?... si es la tontero se pasarán el día diciendo "trabajadores y trabajadoras", "caballos y "caballas""... etc... cuidadín...