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jueves, 16 de noviembre de 2017

Numeritos indoloros



El último numerito montado por el diputado Rufián luciendo unas esposas que vaya usted a saber dónde las compró ha evidenciado lo que es la aplicación práctica del artículo 155, esa entelequia que Rajoy nunca quiso sacar del cajón del consenso del 78 y que cuando salió como conejo de la chistera los flabelíferos del Régimen cantaron como si fuese el Gordo de Navidad. Ver la forma trabajosa y fatigosa con la que se puso de pie el interpelado Zoido para responder al diputado separatista muestra a las claras cómo se gestiona este trance delicado en la España actual: despacito y con buena letra pero con escasos, nulos resultados. Y todo para que el requirente te deje con la palabra en la boca y abandone el templo de la soberanía con esa chulería que sólo ostenta el que se sabe impune.

Porque la soberbia del rufián Romero y las fatigas de un ministro con pinta de bedel explican muy bien lo que está siendo esta intervención de la autonomía catalana: mucho ruido y pocas nueces. Los docentes catalanes, esos que con amparo constitucional convirtieron al diputado de Santa Coloma de Gramanet en fanático nacionalista, siguen impartiendo su doctrina en dura porfía con la propaganda que emite a todas horas la televisión autonómica, y todo mientras los policías de Trapero, otro charnego que ahora se dedica al papeleo, eso dicen, en la comisaría de Les Corts, miran al tendido como si la cosa no fuese con ellos. Todo un numerito, como el 155.


4 comentarios:

Traveller dijo...


Un país donde haya que tratar de Señoría a un onagro como Rufián, no tiene solución posible.

Lo de la contraparte, o sea el Ministro del orden, pues eso, estaba bien por la Feria de Abril pero anda un poco desubicado en sus actuales dominios. También es posible que la recomendada blandenguería del edulcorado 155 no le permita contestar como le gustaría.

Aitor Mento dijo...

Como el Congreso empiece a confiscar a este gicho todos los artilugios que saca en la tribuna, ríase usted de los puestos del Rastro de Madrid.

Reinhard dijo...

Lo sorprendente es que hay gente que se rasgue las vestiduras por estos espectáculos y otros parecidos que se dan en el congreso. La explicación está muy clara: el régimen del 78 es un Estado de partidos, por lo que cualquier tropelía entre partidos se perdona. Sólo hubo una excepción en esta martingala, y fue la ilegalización de batasuna, pero ello, por mucho que se diga, no fue consecuencia del terrorismo de la ETA sino de la decisión de los proetarras de apartarse de las instituciones. Si hubiesen seguido ahí como Rufián, nada de nada.

Fuga dijo...

Onagro le va que ni pintado Trav...aunque está lejos de ser el más peligroso del hemiciclo. Ni para España ni para sus instituciones.