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domingo, 18 de mayo de 2014

Regula, que algo queda


A raíz del asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, el Ministerio del Interior ha decidido emprender una particular guerra contra Twitter, cuando uno pensaba que la consecuencia inmediata del crimen sería que la policía buscaría esclarecer perfectamente el móvil del crimen. El motivo de la cruzada no es otro que los mensajes injuriosos, incluyendo el gozo por su triste final, que contra la víctima y su partido se lanzaron en esa red social nada más conocerse la noticia: nada nuevo bajo el sol del guerracivilismo. El problema es que no es delito alegrarse por la muerte de alguien, tampoco desearla con ahínco; es una bajeza, tal vez una inmoralidad, sin duda, pero la estupidez del ser humano no tiene cabida, de momento, en el Código Penal. Hay que conformarse, y no deja de tener su punto de satisfacción, con ser un misántropo sin remedio.

Lógicamente, y no podía ser de otra manera, que el gobierno quiera entrar a saco para castigar estas conductas-ahí está la incitación al odio como cajón de sastre-cuenta con el beneplácito de los medios afines y tertulianos paniguados, que ven en las redes un atentado contra el monopolio de la información que tanta gloria les ha dado. Doble moral en algunos, como Paquito Marhuenda, imputado por divulgar en su diario fotografías de jueces que habían sido obtenidas de manera poco ortodoxa. Curiosamente, el Cuerpo Nacional de Policía, a través de su cuenta oficial en Twitter, aconseja mirar para otro lado y bloquear a los usuarios indeseables, lo que no deja de ser una colleja amable-bastante trabajo tenemos con los delitos ya tipificados-al ministro del ramo y su ciclotimia. Al margen de que ya existen bastantes condenas cuando el exabrupto ha merecido reproche penal. ¿Y el celo para que se cumplan leyes y resoluciones judiciales en toda España? Ni está ni se le espera.

Pero se quiere llegar más lejos y regular las redes como se regula casi todo en una socialdemocracia tan moderna como omnívora, incluso no es descartable que de rebote aparezca Hacienda e implante una nueva mordida por participar en el jolgorio de Internet: un perfil, una tasa. Enorme contradicción la de un gobierno que, con la excusa de aligerar la Justicia, grava el acceso a la misma por el espíritu demasiado litigioso de los españoles y que ahora pretende inundar los juzgados con causas penales de esta extravagante naturaleza. Todo, en el fondo, muy en sintonía con Ana Mato y su deseo irrefrenable de meternos en la cama a las diez de la noche: a madrugar, pues, que hay que levantar España.

9 comentarios:

Traveller dijo...


Yo, por principio, no deseo ni me alegro de la muerte de nadie. Considero que es el único valor absoluto que poseemos y nadie tiene el derecho ni la capacidad de arrebatárnoslo. No obstante, la biografía de la finada no invita precisamente a apologías y si además, como se dice, acostumbraba a amenazar con su condición de inspectora de hacienda, pues eso, que tanta paz tenga como tranquilidad nos deja.

tolerancio dijo...


yo no digo que no tenga alguna botella de champán en la fresquera para descorcharla en el momento oportuno... como siempre cuentan algunos, años ha, qué gran heroicidad, con relación a la muerte en la cama de franco... es verdad que es una bajeza, pero no somos ángeles y además, la espera desespera y a lo peor la muerte le lleva uno antes...
... pero en lugar de indignarse tanto y poner el grito en el cielo con los mensajes de twitter, que tienen tela algunos, preferiría que se esforzaran más en impedir homenajes con gran pompa a etarras, por ejemplo, que retiraran de una vez la placa dedicada a un terrorista en sta coloma de cervelló y que no les diera por excarcelar bolinagas...

Reinhard dijo...

Lo más curioso, tal como dice Tolerancio, es que haya tanto celo por aplicar la ley en algunas parcelas y tanta desidia en otras.

Traveller, lo raro es que no haya habido algún tuitero del PP con aspiraciones políticas en la zona de León que haya soltado algún exabrupto sobre lo que usted refiere de la víctima.

Señor Ogro. dijo...

Yo no se qué es delito y qué no en estos temas. Ahora bien, se perfectamente como vasco que el acto previo a asesinatos politicos (no era este el caso) es deshumanizar a la víctima. Y se perfectamente que los posteriores insultos tienen que ver con la justificación del crimen (justificaciones "politicas"); y con la esperanza de que ocurran nuevos crimenes (politicos tambien).

Y eso que lo se yo, deberiamos saberlo todos los españoles tras 30 años de ETA, batasuna y aledaños.

Reinhard dijo...

No creo, Sr. Ogro, que aquellos que se alegran por el asesinato necesiten una previa deshumanización de la víctima. Como hace setenta y tantos años, hay una media España que quiere liquidar a la otra media.

Aitor Mento dijo...

Uno de los mayores errores que se han cometido con el tema este, es comparar lo de ETA y Batasuna con él. Una comparación muy utilizada por el PP y paniaguados varios, y creo que no se tiene en pie. O al menos no para mí. Y yo también soy vasco.

Hemos llegado a un punto en que todo es ETA para esa gente. Las redes sociales, el 15 M, los antidesahucios....todo lo que les molesta, todo lo que trata de impedir su poder omnímodo, todo lo que lucha contra las injusticias propiciadas por ellos. Y son precisamente ellos los que han contemporizado con ETA desde que tocaron sillón, prosiguiendo con la hoja de ruta pactada por ZP y desarrollándola ampliamente.

Como bien ha señalado don Reinhard respecto al caso concreto de Marhuenda, se trata de una doble moral infumable. Y resultaba, señores, que la doble moral no era privativa ni exclusiva de los sociatas y los progres en general.

Aitor Mento dijo...

Por lo demás, Landrú y el Doctor Petiot, uséase Fernández y Gallardón, se cuidan muy mucho de referirse a las primeras reacciones de medios y paniaguados del PP dentro de ellos ( por Twitter inclusive ) que apuntaban a los antidesahucios y su entorno, "los de los escraches", y cosas de esas. Muy lamentable, aunque no recuerdo el texto concreto, fue la de Isabel San Sebastián.

En cualquiera caso, parece que la parejita no consultó con Soraya teniendo ella competencia en el tema de comunicación e información. Y ella misma se encargó el viernes en la rueda de prensa semanal de darles un "zasca, en tó la boca" diciendo que la ley actual es clara y que no cabía elaborar leyes especiales respecto a redes sociales. Ella misma lo zanjó.

Reinhard dijo...

Don Aitor, como usted dice, los primeros minutos tras conocerse el crimen, sin saberse nada de la autoría, generaron hipótesis muy favorables para todos aquellos que piensan que este gobierno y su partido sufren un escrache permanente. Incluso alguno pensaría que la ETA había vueltos a las andadas. Al final, todo ha resultado más prosaico.

Aitor Mento dijo...

Y algunos, don Reinhard, se mantienen en aquellos primeros momentos, obviando a estas alturas que el asesinato fue perpetrado por dos mujeres afiliadas al mismo partido que la finada. Es el caso ahora mismo de Juan Cotino, presidente de las Cortes Valencianas, y para más INRI, ex director general de la Policía con Aznar :

"El odio a los políticos aboca a la locura de apretar el gatillo"

A decir en público barbaridades como ésta, seguro que Landrú y el Dr. Petiot no dicen que "hay que poner coto" como a las redes sociales.