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miércoles, 15 de mayo de 2013

Un frenopático



Un libro en cuya portada aparece un Jordi Pujol travestido de Mao, o algo igual de siniestro, y aun obviando su título, es garantía de que nos encontramos ante una obra satírica que discurre allí donde el sentido del humor no goza de muy buena salud, intuyéndose con rapidez y sin temor a equivocarse que la incorrección política va a ser la nota predominante en la obra. Ramón de España-el apellido es ya una bomba para el pensamiento único catalán-ejerce de psiquiatra para diseccionar todas las patologías mentales de un régimen en el que la disidencia política se castiga con un silencio que mucho se parece a la interdicción, una muerte civil que ya ha obligado a muchos, afectados según los nacionalistas por el auto-odio, a liar el petate y buscar otros horizontes. 

La megalomanía de Artur Mas, la esquizofrenia de los socialistas catalanes, la paranoia de los más radicales independentistas y los complejos sadomasoquistas del charnego agradecido que tan bien simboliza Pepe Montilla aparecen en todo su esplendor en un baile de locos que se va degustando a velocidad trepidante y que deja en el lector la sensación de que por estos pagos la realidad, loca de remate, siempre supera a la ficción. Pero la risa floja que provoca el relato de todo este delirio nacional no puede ni debe impedir que apreciemos lo sustancial: que estos orates, poca broma, se toman muy en serio todo lo que hacen, de ahí que luzcan permanentemente, como en el caso de la presidenta de Òmnium Cultural que tan certeramente dibuja el autor, una imagen adusta, huraña, de pocas coñas con nosotros, que vamos a muerte hasta el final.

Mención aparte merece el papel de una prensa subvencionada que se ha abonado al editorial único como forma de construir aquello que ya hace bastantes años Iván Tubau, otro disidente, bautizó como la nación virtual. Si bien estos plumillas y tertulianos, así como toda una fauna relacionada con el mundo subnormal de la cultura oficial, son los más cuerdos del manicomio, pues a fin de cuentas lo suyo no deja de ser la satisfacción del propio ego mediante el engorde de su cuenta corriente. Porque si algo corre a raudales en todo este circo de provincias es el dinero, de ahí que la locura generalizada de esta peña sea absolutamente esquizofrénica: ¿qué harían y de qué vivirían si algún día fuesen independientes?

Ácido y corrosivo, nostálgico de una Barcelona que fue, Ramón de España muestra también el desencanto propio del que siempre ha simpatizado con las posiciones de una izquierda moderada y que ahora asiste al penoso espectáculo de ver a esa opción política como el tonto útil que, subido a una nave de locos, rema con más pasión, si cabe, que los más convencidos nacionalistas. Por no hablar del desprecio que se adivina hacia los diferentes gobiernos de España, unos incompetentes que ya desde la Transición abonaron con su desidia el terreno en el que hoy florece un insuperable delirio para el que no parece haber terapia posible con posibilidades de éxito.

15 comentarios:

Señor Ogro. dijo...

Bonito libro, lo añado a la lista de "mostwanted". Solo la portada ya merece el aplauso.

tolerancio dijo...


la reseña que usted hace es tan precisa, casi de forense, que no sé si leerme el libro. El asunto me interesa, desde luego... me figuro que el autor ya debe de andar buscando casa lejos de nuestra arcadia feliz. No obstante, respecto del gran timonel Pujol, yo veo más paralelismos con el régimen dinástico de corea del norte... donde hay un rascacielos enorme que no han terminado de construir y se ha prohibido por ley a los naturales del país mirarlo o saber de su existencia... fantástico...

Reinhard dijo...

El libro, señores, es tan interesante como divertido. Ramón de España es un tipo que está de vuelta de todo y que no deja títere con cabeza. El retrato de todos los que componen este manicomio es francamente bueno; hay momentos en que es necesario parar para reír mientras uno se pregunta cuántas veces ha visto esa película. Vale la pena el gasto.

Rafael Hidalgo dijo...

¡Si al menos el manicomio estuviera delimitado geográficamente!

Reinhard dijo...

La locura en este país, Rafael, va por barrios, no tiene límites geográficos, ahí está Aragón con su Lapao, pero el caso catalán es de manual.

Herep dijo...

Una duda que me corroe, ¿es posible que haya soñado un servidor la noticia en la que se anunciaba una biografía "no autorizada" del Excelentísimo Don Jordi?
La espero con sumo nerviosismo, pero no llega... no llega...

NOTA. Reinhard, la foto a la que hacía referencia hace un par de días es aquella en la que nuestra baronesa catalana del PP preferida bien parece haber sido detenida por el FBI... (foto carnet, demacrada, sin capas de estuco en los labios...)

Reinhard dijo...

Desconozco esa biografía no autorizada, Herep, pero no tendrá desperdicio.

¿Sería ésta la foto?.

fuga dijo...

La que está agotada es La Pasta Nostra de Xavi Horcajo.

La del Manicomio Catalán ya la tengo, he visto superficialmente que le endiña un trallazo a Federico al que caricaturiza como ultra. Eso me pone un poco a la defensiva. Sin ser un fan de FJL tampoco le tengo esa tirria que no pocos le profesan.

Reinhard dijo...

Sí que es cierto que Ramón de España no siente mucha simpatía por Losantos, pero tampoco íbamos a exigirle la perfección. El libro, en su conjunto, es una radiografía perfecta de este manicomio.

Aitor Mento dijo...

Será como dice usted, don Reinhard, seguro. Yo solía leer a Ramón de España en El Jueves, en aquellos ya lejanos tiempos en que compraba semanalmente la revista, y me daba la imagen de un cenizo al que todo le molestaba, un amargado de la vida.

En cuanto al manicomio, he aquí una pequeña muestra de hoy mismo correspondiente a la división local "barceloní". Un prodigio más de la Ciudad de los 56.000.

Reinhard dijo...

No recuerdo a Ramón en aquel jueves, aunque otras cosas que he leído me han resultado bastante divertidas.

En BCN todo es surrealista, de ahí que me acerque por allí lo menos posible: higiene mental.

fuga dijo...

jajajaja genial Aitor. Multa por hacer surf cuando hay olas.

el manicomio un día cualquiera...

tolerancio dijo...


me han convencido todos ustedes: me leo el libro en cuanto tenga ocasión...

un saludo cordial

Víctor Martínez dijo...

En el libro hay momentos hilarantes y otros en los que se destila cierta amargura. Ramón de España, en su libro, me hace recordar que yo soy un "xava" que hablaba en "xava" (versión catalana del cokney londinense, que consiste en la introducción en el catalán de palabras provenientes del castellano y del caló). En el Pueblo Seco, el Chino, Gracia, Sants se hablaba en "xava": guapo, maco, reina, paio, buenu, tiu, pirarse, mangarse,.... Y traigo esto a colación para significar el carácter mestizo de Barcelona, donde conviven en armonía (salvo algunos imbéciles de cada uno ambos lados) la cultura catalana, castellana, su fusión e incluso la gitana. Es la Barcelona en blanco y negro de los años 60, y de los que uno de sus máximos exponentes, entre otros, es Joan Manuel Serrat, "el noi del poble sec" -aunque también, más tarde, Loquillo podría haber bastante representativo de esa Barcelona mestiza, si el oficialismo convergente no se hubiera empeñado en desterrarlo (como a Boadella y tantos otros, a Serrat porque no pueden)-. Barcelona era una ciudad mestiza, intelectual y culturalmente activa -ahora es multicultural aggg-, que la sociovergencia (socialistas en el Ayuntamiento y CiU en la Generalitat), como sugiere Ramón de España en el libro de referencia, se encargó en convertir en éste engendro de parque temático y hortera que es ahora. Y es que la irrupción del pensamiento único pujolista en 1980 en la Generalitat junto a la esquizofrenia socialista en el Ayuntamienmto, fueron nefasta para la ciudad y el autor lo expresa de manera muy concisa y no exenta de ironía ¿quién podía predecir que aquella Barcelona intelectual y farandulera acabaría siendo lo que es hoy? Ramón de España lo resume de forma lapidaria: en el fondo los nacionalistas odian a Barcelona. Volviendo al principio, el "xava" es descrito por el nacionalismo de esta manera: degradació fonètica del català estàndard. Vulgar, xaró, de mal gust. Barcelona es hoy más nacional catalana y más hortera, atrás queda la eclosión de Barcelona en la Transición, que se venía fraguando en la Barcelona gris de los años 60. El sueño duró bien poco. Hasta 1980. Del enriquecedor mestizaje al empobrecedor multiculturalismo, más acorde con los intereses del nacionalismo encorsetado de lo que algunos se piensan. Todo ello Ramón de España lo describe muy bien, no sin un toque de amargura Convendría recordar que el español, el francés, el galaico-portugués, el propio catalán...., provienen todas ellas del latín vulgar y mestizo. Para los que pensamos como Ramón de España, el nacionalismo nos seguirá considerando, no obstante, como unos fachas, cuando lo cierto es que no he visto libro más antifascista que "El manicomio catalán".

Reinhard dijo...

Excelente diagnóstico el suyo, Don Víctor. Diría más, podría ser el prólogo para, si la hubiere, una próxima edición del libro.

Saludos.