....Porque Madrid es así: en su chulería y su urgencia por morder los días, no halla el momento para homenajearse. Las autoridades lo intentan, recordando efemérides y toda clase de fruslerías sentimentales; pero la costra dura de la ciudad repele su vana prosopopeya. Cada día y cada noche se abalanza sobre sí misma, con las uñas fuera y las mandíbulas apretadas, Nunca fue animal doméstico que ronronea satisfecho bajo las caricias del amo, sino fiera que ruge a la intemperie para acallar el hambre y el miedo....Porque Madrid es demasiado efervescente para caber en un término municipal. Y por mucho que crezca sus constelación de cemento, sus arterias de asfalto mantienen el organismo sincronizado en un solo latido, hasta sus más remotas extremidades.... Madrid nunca construiría una ensoñación romántica en torno a su propia identidad, como otras ciudades; ni falta que le hacía. Por no necesitar, ni siquiera necesitaba que la quisieran. Y sin embargo, el hecho cierto era que muchos de los que andábamos por sus calles, en una especie de alarde masoquista, la amábamos sin remedio.
La estrategia del agua, de Lorenzo Silva. Destino 2.010.
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