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domingo, 11 de octubre de 2009

Grossman



Poco a poco van llegando las obras de Vasili Grossman a nuestras librerías, ocupando un humilde lugar entre la enorme montaña de títulos mediocres, novelitas históricas y best sellers con la que los libreros inundan sus establecimientos. Esta vez, y tras las magistrales Vida y destino y Todo fluye, se publica Un escritor en guerra, que es el conjunto de escritos, anotaciones o artículos que Grossman realizó como corresponsal de guerra integrado en el Ejército Rojo, desde el inicio de la invasión alemana hasta la entrada en Berlín, pasando-cómo no-por escenarios tan fundamentales en la contienda como Stalingrado, Kursk o el campo de exterminio de Treblinka. Las notas- en permanente pugna con la censura de Moscú- están cronológicamente ordenadas y explicadas, no todas con el mismo acierto y la debida extensión, por A. Beevor, mostrando todas ellas la brillantez de un escritor que describe la tragedia de la guerra desde sus propias reflexiones, que no son otras que las del intelectual comprometido con su pueblo y su historia; pero principalmente es a través de los diálogos o entrevistas con toda clase de personajes donde Grossman lo borda: generales y soldados, comisarios políticos y pueblo llano, hombres y mujeres que lucharon, vivieron y murieron con tremenda dignidad, con una grandeza infinitamente superior a la de sus dirigentes.Un acierto de Crítica y su colección Memoria.

4 comentarios:

Bremaneur dijo...

Gracias por el consejo, Rein. Todavía no he leído Vida y destino, que es el único que tengo comprado de Grossman. Me echa para atrás la combinación novela-tamaño, aunque todos hablan maravillas del libro.

Reinhard dijo...

Pese al tamaño, se le hará corto. En cambio, Todo fluye es mucho más breve, pero francamente buena, con episodios memorables por su crudeza, como las hambrunas causadas en Ucrania.

belaborda dijo...

*
Vaya, pues yo también lo tengo -Vida y destino- y tampoco lo he leído todavía. Por eso que se dice, el tamaño, y en relacion, por la falta de tiempo.

Reinhard dijo...

La falta de tiempo es el gran enemigo de la lectura: ¿ cuántos ejemplares excelentes están pendientes de lectura, o relectura, en nuestras estanterías?
Por cierto, Belaborda, ¿acabaste El Hombre de los dados?