El teléfono de la esperanza

 

Estamos ya, o casi, en campaña electoral, lo que implica que todos los partidos se lanzan por la pendiente de las promesas electorales. Así, el candidato Feijoy, que como aspirante es el que más y mejor debe ilusionar al personal, echa su cuarto a espadas con el tema de la ocupación de viviendas y propone algo novedoso: un teléfono 24 horas, a modo de teleasistencia médica, y oficinas municipales para asesorar a los propietarios de inmuebles  que sufren esta lacra.

Acabáramos: a bote pronto esta boutade no es otra cosa que un derroche de gasto público, pues a más oficinas municipales, más funcionarios. Soslayemos la posible incompetencia del Estado para imponer-pensemos en la Barcelona de Colau-esas oficinas a los municipios y vayamos a lo importante. En cuanto a lo de asesorar...¿para qué asesorar cuando la ley sobre la que verse el consejo es una porquería que sólo beneficia al delincuente? ¿Y la disponibilidad 24 horas? ¿Saldrán corriendo a las 3 de la madrugada esos asesores a consolar, teléfono de la esperanza, al señor, o señora, que sufre la usurpación de su inmueble? Ya puestos, y jugando con esa cifra mágica, ¿no sería más impactante y sugerente  una ley que ponga en la calle, no digamos en la cárcel, a los ocupas en 24 horas? Pues no lo parece. Sólo queda por saber si el maravilloso teléfono será gratuito o no.