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miércoles, 1 de febrero de 2017

De la conllevancia



Es evidente que con el asunto catalán son pocos los que ya permanecen cuerdos. Algunos, como el juez suspendido Santiago Vidal, ya apuntaban maneras de su extravagancia cuando ejercían uno de esos poderes del Estado que tan poco lustre tienen; otros, u otras, como la tal Arrimadas, se suben ahora al carro de los que abogan por soluciones políticas a la cuestión que nos ocupa, lo que la hermana, sin duda, con los propios secesionistas, para los que la ley y su aplicación no son más que una especie de fascismo, o feixisme en vernáculo.

Hace unos pocos días, Arcadi Espada, que siempre ha sido un verso suelto, firmaba un artículo llamado Brexiters en el que largaba esta perla en la que no parece, salvo mejor criterio, flotar mucho la ironía ni el doble sentido:

El Tribunal Supremo británico ha sentenciado que la instancia que en su momento (1972) autorizó la entrada del Reino Unido en la Comunidad Europea es la única que puede autorizar su salida. Es una sentencia de amplio espectro. Podría leerla con atención, por ejemplo, el presidente de la Generalidad de Cataluña. Tal vez le ayudara a entender que en 1978, con la aprobación de la Constitución, no fueron los catalanes los que decidieron que iban a formar parte de España sino que fue el conjunto de los españoles el que decidió que Cataluña era parte de España.

Parece que la unión entre España y Cataluña se decidió, o al menos se validó con toda la pompa, el 6 de diciembre de 1978 con la aprobación de la Constitución. Nada de eso había antes, puede deducirse, pues se decidió así por el conjunto de españoles, ex novo, como se constituye una sociedad mercantil. Cuando menos desfortunado: vamos, que si no se hubiese aprobado ese texto-que para Espada parece fundacional de algo más que un régimen político-Cataluña hubiese quedado en un limbo en lo que se refiere a su relación con España como Nación y Estado. Cientos de años de Historia común a esparragar. Ya decía Ortega que había que conllevar el problema catalán como buenamente se pudiese, más bien con resignación. Será cierto, pero lo mejor será tomarlo, tanto lo que viene de unos como de otros, con humor.

5 comentarios:

Traveller dijo...


Estoy contigo en que el texto de Arcadi Espada podía haber sido algo más explícito. Creo que le faltaron verbos para subrayar que Cataluña no sólo era, sino que siempre lo había sido y seguiría siendo parte de España.

Yo creo que el sí masivo a la Constitución de 1978 no validó, sino que confirmó un hecho irrefutable: la pertenencia indiscutible de Cataluña a la nación española.

El cuestionamiento de esa pertenencia se ha suscitado y promovido a posteriori por razones que todos sabemos o imaginamos.

El problema es que Arcadi está tan cabreado con el tema que cuando lo toca puede llegar a obnubilarse y no dejar suficientemente claro lo que piensa.

Reinhard dijo...

Bueno, Traveller, eso que dices y otra cosa más: que él es de los que considera que ese truño del 78 es intocable e inmutable. Vamos, que es la semilla de la vida. El Big Bang.

Traveller dijo...


Cierto que la C78 no es el desideratum pero es lo único que tenemos y si se respetara, tal vez casi nos podría gobernar. Otra cosa es que sólo la nombramos cuando nos interesa, se la ha humillado, despreciado y malinterpretado a conveniencia tanto por los políticos como por el propio TC que para eso lo crearon.

Podremos abrirla, modificarla, añadirle enmiendas o lo que se nos ocurra, pero éste es un país donde cada uno hace de su capa un sayo y no somos muy dados a respetar las leyes que no nos favorecen.

Históricamente, siempre que hemos obedecido algo o a alguien ha sido a base de garrotazo y tentetieso.

Aitor Mento dijo...

Harían bien, Espada y otros, en preocuparse de lo sumamente grave ahora mismo, que no es otra cosa que el contenido de las declaraciones de Vidal : el hecho de que la Gencat haya obtenido datos fiscales del personal de forma ilegal.

De todo el tema "prusés" y de lo anterior a él, a mí lo que me sigue llamando la atención es que nadie, ni el más antinacionalista de los juntaletras ni de los políticos, entre ellos el partido de la tal Arrimadas, pone el dedo en la llaga de lo evidente : la dejación de funciones del Estado frente a lo que está pasando en Cataluña y la desprotección en que deja a la mitad de su población. Todavía hace un tiempo se discutía sobre la necesidad de aplicación del artículo 155 de la Constitución, ya ni eso.

Reinhard dijo...

Querido Traveller: no te puedo comprar mercancía averiada, y tú sabes mejor que yo lo peligroso que es eso. Si no tenemos herramienta mejor que el texto del 78, hagamos una cosa: la derogamos y nos regimos por cuatro leyes básicas, al estilo de Paco. Unos cuantos fueros respetados por todos.

Don Aitor, se oye, se dice, se comenta, que en un país serio los separatistas catalanes ya estarían en la cárcel. Sin duda, pero también lo estarían los representantes del Estado que delinquen por omisión en este aspecto.