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martes, 12 de marzo de 2013

Un Papa catalán


Por Tolerancio

Si me jugara los cuartos en una casa de apuestas con motivo del cónclave cardenalicio, me inclinaría por un Papa catalán. Ni negro, ni asiático, ni la papisa Juana, ni un Sumo Pontífice perseguido por las sospechas de la sodomía o de la pederastia. Puede que este comentario, si el sr. Reinhard tiene a bien colgarlo en su blog, llegue tarde… pues la volátil columna de la fumata blanca se enfile ya, acaso, hacia el cielo de la ciudad eterna.

Hay dos razones fundamentales. La primera porque la causa separatista en Cataluña contaría con un aliado de primer orden, nada menos que el vicario de Cristo en la Tierra, con su camauro y su muceta ceremoniales. Cierto que el Papa de Roma no dispone de divisiones acorazadas para auxiliar a Artur Mas, como en su día y por otra causa bromeara Stalin, pero no hay que subestimar a los sucesores de Pedro. Sin ir más lejos Wojtyla se las ingenió para tirar abajo el muro de Berlín, y el telón de acero, como si fuera la muralla de Jericó, pero sin soplar trompeta alguna, tan solo rezando el rosario. El Papa no tiene a sus órdenes otra fuerza de choque que la Guardia Suiza, que a mi candidato le haría servicio para custodiar no sólo los tesoros vaticanos… también las abultadas cuentas bancarias de los prohombres de la patria al fin redimida.

La independencia de Cataluña se elevaría al rango de dogma de fe, sería una verdad teológica sin efugio tras el infalible dictamen pontificio y quien la discutiera sufriría el estigma de la herejía, rivalizando con Arriano, Montano el frigio o Elipando de Toledo… sería un contradiós sin enmienda ni penitencia y correría el riesgo de recibir una excomunión fulminante y de arder para los restos en el infierno. Con la mano en actitud bendicente, como el pantocrátor de una pintura románica, el Papa catalán podría al fin decir: Mi reino, mi Estado… sí es de este mundo.

La segunda es evidente. Según las profecías de Malaquías éste será el último Papa y deberá cumplir una muy delicada misión: la de edecán o ayuda de cámara del Maligno. Le tocará la ingrata papeleta de ejercer la mayordomía satánica que nos conducirá al fin de los tiempos. Y lo cierto es que mi paisano, el cardenal arzobispo Martínez (Sistach), elector y elegible, parte con cierta ventaja. Él ya ha transitado un trecho del camino y puede completar el itinerario más fácilmente.

En efecto, metafóricamente hablando, el cardenal Martínez ya sabe lo que es olisquear con fruición y besuquear ancilarmente el mefítico y pestilente trasero de la bestia. Conoce el paño, pues no en vano recibió hace unos años en la basílica de la Merced a los ponentes del nuevo Estatuto (Mas, Montilla, Carod Rovira y Saura… una alineación formidable) y derramó incienso sobre tan principales cabezas en lugar de aceite hirviendo. No le importó que el articulado estatutario contemplara auténticas filigranas como el aborto libre o la eutanasia para hacer las delicias de sus parroquianos (si es que alguno le queda). Pudo encerrar a esos cuatro tunantes en la cripta del templo y darles para el pelo, sometiéndolos a un castigo severo, imbuido de la memoria de Aymerich (*), el primer inquisidor conocido, también catalán, que tuvo la encomienda de combatir a los heresiarcas albigenses. Pero el pillastre purpurado optó por lamerles el culo e inhalar sus flatulencias.

Y… ¿Quién que haya huroneado con salaz apetito en el perineo de un Mas o de un Montilla habrá de arredrarse a la hora de estampar un ósculo subalterno en el bullarengue del Gran Cabrón?... ¿Alguien da más?... Martínez es el candidato.

(*) Cito de memoria al inquisidor Aymerich, pero habría que confirmar el dato, no sea que meta la pata y me condene.

7 comentarios:

Reinhard dijo...

Gracias mil, Tolerancio: su entrada pronóstico/deseo ha llegado a tiempo.

El otro día leí que nuestro amigo Sistach estaba preocupado porque este cónclave coincidía con el partido del Barça de sus amores y el Milan. Desde aquí, para monseñor y la hinchada culerda, una sugerencia: si las cosas van mal dadas para la remontada, que metan en la segunda parte a la repugnante monja Forcades, que el negro Balotelli se caga vivo.

Ustedes sabrán más que yo de esta liturgia, pero tengo entendido que cualquiera puede ser Papa. En ese caso, creo que nuestro Sistach votará a Jan Laporta.

Aitor Mento dijo...

¿ Balotelli no juega ahora en Inglaterra ?

Reinhard dijo...

Ahora me pilla usted en fuera de juego; juraría haberlo visto en el partido de ida celebrando la victoria entre el público.

Señor Ogro. dijo...

Ya veo al Papa sistach declarando fuera de la cristiand a Madrit y España..

Dispensas papales al 3%, of course.

Reinhard dijo...

Este Sistach, Sr. Ogro, era el que puso el grito en el cielo cuando el Madrid pagó una burrada por Ronaldo. Eso sí, calla como puta con el despilfarro de la Generalitat. Por no decir que tiempo atrás intentó tapar las fechorías de un cura que¡¡¡andaba con abortos!!! Y es que hay cosas que sólo ocurren en Catatònia.

Reinhard dijo...

Lo siento, Tolerancio, pero nos quedamos sin Papa catalán. Eso sí, Sistach se lo habrá pasado bomba en el cónclave; lo imagino el sólo dando saltitos por el Vaticano y cantando in-inde-independència.

tolerancio dijo...


cierto, mtnez (Sistach) puso el grito en el cielo por el fichaje de Cristiano Ronaldo, con ese bonito nombre, pero nada dijo de la pasta que el barça pagó ese año por Ibrahimovic, Villa y más recientemente 40 kilos de nada por Alexis, ese gran ariete que codician los esquipos de medio mundo...