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sábado, 5 de mayo de 2012

El timo de la estampita




Queremos ser ingenieros y no servir cafés en Londres. Este voluntarismo es una de las nefastas consecuencias del Estado del bienestar, que en última instancia no es otra cosa que el bienestar del Estado, de ahí que bajo la apariencia de un futuro glorioso que uno mismo cree diseñar y labrarse emerja la cruda realidad de un exceso de oferta universitaria, baza tan frívola como absurda que sirve al gobierno de turno para destinar el dinero del contribuyente a una de las partidas más sugerentes para entretener y contentar al personal : la educación. En resumen, un timo ante el que sólo cabe el derecho al pataleo.




6 comentarios:

tolerancio dijo...

Lo ha clavado, como siempre: queremos ser ingenieros... (¿Y por qué no?... dicen algunos... mi hijo es un zote, pero ¿por qué no puede estudiar en la universidad como el hijo del señor notario?) España duplica a Alemania en alumnos matriculados en la Universidad, a pesar de tener la mitad de su población.

Apréciese las ganas de viajar que tienen nuestros jóvenes indignados, pues presumen que el futuro les tiene reservada una colocación en la hostelería, pero no en Calella, Torremolinos o Calahorra... sino en Londres, mira tú por dónde, en el elegante barrio de Mayfair o en Hyde Park.

Hasta para eso se han empijotado. Es lo que tiene sacarse un título de aeronáutica por las prestigiosas universidades de Vic o de Albacete. Sensacional paralaleismo con Los Tramposos, que habría de ser materia de estudio

En fin...

Reinhard dijo...

Todo esto, Tolerancio, es el timo de la estampita: quién es el timador y quién el timado.

Más grave en el caso catalán, ¿para qué sirve el nivel C? Claro, que a estos ingenieros tal nivel se lo dieron por la cara por cursar bachillerato a partir de cierto año.

Al final, resulta que los mercados no demandan ingenieros sino que más y más ajustes: perra vida. coño.

Herep dijo...

Buenísimo, Reinhard.

Algunos pensaban que el progreso es esto... una carrera full equip, en una universidad de nivel C y becada al 100%.

Luego, con el diploma bajo el brazo, a vivir, que son dos días.

Pero, como sucede en el cuento, cuando la lechera tropieza, la leche se derrama.

Un saludo.

Reinhard dijo...

Todo fue un sueño, Herep.Y la realidad, por desgracia, siempre supera a la ficción.

Saludos.

Señor Ogro. dijo...

Alguien debería explicar en los medios, que en una sociedad normal no es posible que un camarero sirva el cafe a 400 ingenieros.

Reinhard dijo...

El problema es que son ya muchos años con una sociedad que cree que la felicidad está garantizada por ley.