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jueves, 16 de diciembre de 2010

Yo ya estoy satisfecho

Así, con esta contundencia y felicidad, se expresaba ayer un fulano de Olot, Catatònia profunda y austera donde se elaboran los peores embutidos del mundo, tras entregarse a la policía. ¿El presunto delito? Matar a cuatro personas, y siempre a pares: dos en un bar y dos en una entidad bancaria Todo parece indicar que el móvil ha sido de tipo económico, siendo el iter criminis el más lógico desde ese punto de vista: entrada del presunto homicida en el bar para liquidar a un padre y un hijo que le debían dinero y visita posterior al banco para ajustar cuentas con su director y una empleada, los mismos, hay que presumir, que días atrás denegaron el pago de un cheque-falta de fondos- emitido por la empresa de los muertos en el bar. Matiz a tener en cuenta que dignifica a las primeras víctimas: su empresa tampoco cobraba las obras que realizaba.

Tiene este múltiple crimen todos los ingredientes de la crisis económica que nos azota: gente más o menos normal que acaba desquiciada por la falta de liquidez y un exceso de frustración, armas rudimentarias y asequibles a cualquier bolsillo maltrecho que antes servían para cazar jabalíes y ahora liquidan inocentes, círculo vicioso de una economía perfectamente conectada a través de sus diferentes actores y arrepentimiento espontáneo producto de una profunda depresión que arranca de los tiempos ya lejanos del debate Solbes/Pizarro, que es la fecha de inicio de este desaguisado según todos los expertos.

Razones económicas siempre han tenido los entendidos que echaban en cara a los bancos que no dejasen correr el dinero a través de los adecuados canales, máxime cuando estas instituciones se habían saneado gracias al contribuyente y con la complicidad del gobierno. Ahora también afloran reproches sociales, morales o simplemente humanos: quizá una sencilla póliza de crédito de unos pocos miles de euros habría ahorrado cuatro vidas, pues ya lo explican los vecinos del criminal, y es habitual en estos casos, que el hombre era raro y sus cosillas tenía, pero con nadie se metía.

4 comentarios:

tolerancio dijo...

Y si llegas a viejo en Olot te ingresan en el geriátrico donde te aguarda el enfermero visionario con el jeringazo de lejía a punto para aplicarte de oficio el eutanasiazo y dejar otra cama libre y otra pensión extinguida.

Cosas veredes...

Reinhard dijo...

Je,je, esa ha sido buena: para que luego hablen de las bondades de la vida campestre.

¿Sabe usted, por ventura, si por ahí zumba la tramuntana?

Jabato dijo...

Como imagino que este tipo no tendrá solvencia para indemnizar a los familiares de las víctimas, propongo que el Estado, o mejor, la Generalitat sea declarada responsable civil de esta tropelía, pues la culpa es de la puta crisis.

Saludos, amigo.

Chippewa dijo...

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Este tipo de cosas han pasado siempre y siempre pasarán.

No vamos a sentar a ZParo en el banquillo por lo que no tiene nada que ver. Se me ocurren veinte delitos para echarle la cadena perpetua, pero esto está lejos de su responsabilidad.

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