Tiempo atrás nos preguntábamos qué narices escribía Mourinho en su libreta mágica partido tras partido, en entrenamientos y concentraciones, solo o con la ayuda de otros. El último choque liguero nos despeja un poco la incógnita. Pocas sorpresas, o ninguna, en realidad: en esa libreta, o en alguna separata de la misma y al margen de ciscarse en Jorge el inútil, toman asiento los errores arbitrales que perjudican al Madrid. Era previsible, dado el carácter marrullero del portugués, que cualquier anotación fuera sinónimo de injuria, y la unión de muchas, cómo no, una querella en toda regla a presentar ante cualquier instancia mediática. Más fácil es atizarle al pobre juez de la contienda que reconocer que se juega rematadamente mal y que no se levanta cabeza desde la manita del eterno rival, que no metió ocho para no hacer feliz al pedante Cristiano. Queda por saber, en el fondo cuestión baladí dada la exhibición y asunción que de la misma hizo el entrenador, quién redactó esa lista de agravios propia de malos perdedores, aunque al final se ganase el partido tras encomendarse a la heroica, pieza esencial a la que se abona el Madrid desde que el padre de Mou era un pobre y desvalido espermatozoide y siempre que pintan bastos. Que el mejor escribiente echa un borrón lo sabe hasta Pérez, ese conseguidor de casi todo que no tuvo idea más feliz que traerse a un tipo que desconoce la historia del club más importante del mundo. Eso sí es una injuria, grave y con publicidad.
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3 comentarios:
Amén hermano.
Aunque el principal responsable de todo es el SS (Ser Superior).
Saludos.
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Esto sí que son estados de alarma, y no lo de los controladores.
Yo estoy porque saquen algún Decreto Ley para que el Madrí gane algo.
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El Madrid va como Expaña: ya nadie lo conoce.
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