Parece ser que el fascismo ha lanzado
una nueva marcha sobre Roma. Y además, de manera victoriosa, como es tradición.
Eso se deduce de la reacción de los medios españoles ante la victoria de Giorgia
Meloni en las elecciones italianas, si bien no hacen otra cosa que seguir las
indicaciones de los sacamantecas de Bruselas con la tía Ursula, la tía de la
laca, a la cabeza. Europa, ese ente de burócratas, no puede tolerar que un estado
miembro abandone el redil y decida aplicar aquellas políticas que considere más
adecuadas para los intereses de sus ciudadanos, véase la díscola Hungría.
¿Y qué propone la Señora Meloni? Pues
de manera sucinta, apoyo a la familia, fomento de la natalidad, menos
impuestos, energía nuclear, lucha contra la inmigración ilegal y más seguridad
para los ciudadanos. Como se puede apreciar, fascismo puro y duro. Y eso la
banda de Bruselas no lo puede tolerar, de ahí que amenace con sanciones de todo
tipo en una demostración de lo que ellos entienden por democracia: ustedes
pueden votar pero voten bien. ¿Y qué es votar bien? Pues lo que nosotros-o el
caos, tanto da-consideremos correcto. Esto ya lo vieron venir los británicos,
que con el Brexit dieron el portazo a tanta intromisión en los asuntos
internos. Porque en el fondo, lo que la tía de la laca y sus acólitos temen es
una marcha sobre Bruselas.