Si uno fuera periodista diría
adiós, maestro. Pero al no serlo, dice adiós, genio, que no es poco. Muere Tom
Wolfe. En el recuerdo obras como La
Hoguera de las vanidades, La Izquierda exquisita, Ponche de ácido lisérgico…y
tantas otras a caballo siempre entre la novela y el ensayo. Espíritu libre como
pocos, fue durante décadas el gran cronista de la vida norteamericana, una mina
para su agudo ingenio. Irrepetible.
ResponderEliminarqué buenas risas eché gracias a él...