Tres senadoras-gallega, catalana y
vasca-se hicieron esta fotografía tras el discurso de investidura de Rajoy y la
dejaron en las redes sociales, se presume que a modo de gracieta para ilustrar
la alta misión que les otorga el legislador. Tras la llegada de la gente a las instituciones, nace un monstruo que todo lo desacraliza y banaliza, haciendo que nada sobreviva a un ridículo que no por esperado es menos espantoso. España es
una gran nación, se harta de decir Don Mariano cada vez que mendiga un puñado
de abstenciones, y en verdad lo es: una nación que paga una buena pasta a unas senadoras por
cagarse en ella una y otra vez, ya desde la promesa o juramento para tomar
posesión de una regalía que cuesta un ojo de la cara. Y si bien una inutilidad
como el Senado merece estos castigos y otros peores, la sensación de bochorno
es difícil de soportar. Pero son los tiempos que hay que vivir, los del pueblo y la gente, los de la
peste.
¿ya estamos todos?
ResponderEliminarEso parece. ¿Todos bien?
ResponderEliminarespero que sí.
ResponderEliminarnuestros viejos anfitriones han entrado en actividad sísmica....cl por cs en galícia y Pep deja la catalanidad para recalar en el centro del imperio....algo tarde ahora que Madrid compite en corrupción sistémica con andalucia, valencia o cataluña.
el universo se expande.
ResponderEliminarel Senado, cuna de rétores y tribunos de la peble, templo de la oratoria...
Faltaba yo.
ResponderEliminarDe momento, bien, pues.
kaixo paisa....
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ResponderEliminarA las buenas.
De momento veo que seguimos todos en orden de combate.
Ayer me bajé a la capital y la verdad es que no se puede soportar esta sauna. Cuando desembarqué en Atocha estuve tentado de darme la vuelta y regresar en el siguiente tren.
En cuanto al tema del post, poco que añadir. El bochorno se produce nada más verlos entrar con sus peinados y vestimentas. No hace falta ni siquiera ver sus gestos. De tal pueblo tales polític@s.
Saludos de nuevo a todos.
ResponderEliminarQué tarde-noche la del viernes: el fiasco cantado de la investidura y la sorpresa del nombramiento de Soria. Qué gente, qué gente.